La “tasa interna de rentabilidad o retorno” (TIR) es un método dinámico de selección de inversiones que relaciona la ganancia obtenida por la empresa con la inversión que ha sido necesaria para obtenerla, es decir, mide la rentabilidad relativa (r).
Mientras que el método del VAN indica la rentabilidad absoluta que ofrece una inversión (ganancias de 100 €), la TIR muestra la rentabilidad relativa que la empresa obtiene gracias al proyecto de inversión que ha realizado (ganancias del 5%).
TIR: La tasa interna de rentabilidad o retorno de una inversión es la tasa de actualización (valor de “k”) que iguala el VAN a cero.
La expresión matemática que utilizaremos para el cálculo del TIR, o valor de “r”, es la que se muestra a continuación:
Una ventaja de este método de selección de inversiones es que al ser dinámico, tiene en cuenta el valor del dinero en el tiempo.
La principal desventaja que plantea este método es que su cálculo se complica cuando existen flujos de caja en más de dos años, por lo que es normal recurrir a hojas de cálculo para su resolución.
CRITERIOS DE SELECCIÓN DINÁMICOS - (TIR)
A la hora de seleccionar el mejor proyecto de inversión, comparamos la TIR (r) con el interés que le cobran a la empresa por financiar la inversión o con el tipo de interés al que el mercado recompensaría su capital, es decir, “k”:
TIR (r) > k: La inversión es rentable para la empresa.
Ofrece una rentabilidad (r) superior al interés (k) del mercado, o es mayor que el coste de la financiación (k).
TIR (r) = k: La inversión es indiferente para la empresa.
Ofrece una rentabilidad (r) igual que el interés (k) del mercado, o es igual que el coste de la financiación (k).
TIR (r) < k: La inversión no es rentable para la empresa.
Ofrece una rentabilidad (r) inferior que el interés (k) del mercado (o es menor que el coste de la financiación).
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