Los impuestos sobre beneficios gravan el resultado positivo de la empresa durante un ejercicio económico. Estos son el IRPF para empresas con personalidad física o el IS para el resto.
Dentro de los impuestos directos, los más importantes son aquellos que gravan el beneficio empresarial. Estos son:
IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE LAS PERSONAS FÍSICAS (IRPF)
Es un impuesto directo ya que grava el incremento en la riqueza o beneficio de las personas físicas por distintos motivos:
Rentas del trabajo: obtenidas por cuenta ajena (asalariados).
Rentas de act. económicas: obtenidas por cuenta propia.
Rentas capital inmobiliario: obtenidas por alquileres.
Rentas capital mobiliario: obtenidas por inversiones.
Rentas patrimoniales: ganancias patrimoniales, herencias…
Además es progresivo ya que según el nivel de renta o beneficio, el tipo impositivo varía:
IMPUESTO SOBRE EL BENEFICIO (IS)
Es un impuesto directo (y proporcional) que grava el incremento en la riqueza de las personas jurídicas, es decir, los beneficios obtenidos por las empresas.
Para este caso, el tipo impositivo de aplicación será del 25% a nivel general, aunque existen excepciones como para las empresas de nueva creación, que solo tendrán que abonar el 15% en el primer periodo en que su base imponible sea positiva (y el siguiente).
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